Sobre los Nazgul y el Rey Brujo de Angmar
Los Nazgûl, también conocidos como los Espectros del Anillo, desempeñan un papel fundamental en la trama épica de “El Señor de los Anillos” de J.R.R. Tolkien. Estas misteriosas y terroríficas criaturas encarnan la corrupción y la maldad que emana del Anillo Único y su señor oscuro, Sauron.
Antaño fueron hombres, grandes reyes de los hombres
Aragorn
¿Quiénes fueron los Nazgul? Su origen
El término “Nazgûl” se deriva del lenguaje oscuro utilizado en Mordor y se traduce literalmente como “Espectro del Anillo”. Los Nazgul son espectros atrapados entre la vida y la muerte, condenados a servir a Sauron eternamente.
Su existencia se remonta a la forja de los anillos de poder. Nueve de los grandes reyes de los hombres, seducidos por el poder, recibieron cada uno un anillo. Estos anillos fueron creados por los elfos, engañados por Sauron que los corrompió para controlar a sus portadores.
A medida que Sauron revelaba su verdadero propósito de dominar la Tierra Media, los nueve reyes caían bajo su dominio y se convertían en meros esclavos de la voluntad del Anillo Único. A medida que su vida se prolongaba, los Nazgul se desvanecían gradualmente en el mundo de las sombras, convirtiéndose en criaturas invisibles y aterradoras. Su forma física desapareció por completo, reemplazada por túnicas oscuras y capuchas que ocultaban su verdadera naturaleza espectral. Los Nazgul acabaron unidos por completo a la voluntad de Sauron y solo encontraban reposo en su presencia o en la búsqueda del Anillo Único.
La morada del señor de los Nazgul, el Rey Brujo de Angmar: Minas Morgul
Cuando Sauron fue derrotado por Isildur en la segunda edad, los Nazgul no murieron, puesto que el Anillo Único sobrevivió y su destino estaba totalmente atado a él. Simplemente permanecieron ocultos preparando la vuelta de su señor. Esto se mantuvo hasta que en el 1300 de la Tercera Edad, el más fuerte de los Nazgul se convirtió en el Rey Brujo de Angmar, instalándose en el reino con su mismo nombre.
Unos siglos después, en el 2000 de la tercera edad, los Nazgul comenzaron el sitio a la ciudad de Minas Ithil, perteneciente al reino de Gondor. Una vez consiguieron tomar la ciudad un par de años después, se hicieron con la palantir de Ithil que allí se encontraba custodiada.
Desde aquel momento, Minas Ithil cambió su nombre a Minas Morgul, morada del Rey Brujo y el resto de Nazguls.
Los Nazgul durante El Señor de los Anillos
Durante los eventos de “El Señor de los Anillos”, los Nazgul se convierten en una amenaza constante para los protagonistas. Sauron envió a los nueve Nazgul en busca del Anillo Único, que había caído en manos de Frodo Bolsón. Los Nazgul, atraídos por el poder del Anillo, persiguieron implacablemente a Frodo y sus compañeros a lo largo de su viaje hacia Rivendell.
En su desesperada huida, los hobbits encuentran refugio en la aldea de Bree y recibieron la ayuda de Aragorn, un descendiente de los antiguos reyes de Gondor. Con la guía y protección de Aragorn, los hobbits lograron evadir a los Nazgul en varias ocasiones. Sin embargo, en la Cima de los Vientos, el Rey Brujo y otros cuatro Nazgul encontraron nuevamente a los hobbits. En este encuentro, el Rey Brujo hirió gravemente a Frodo con una hoja de Morgul, una herida que amenazaba con convertirlo en un nuevo Nazgul.
Afortunadamente, Frodo fue rescatado por Aragorn y la elfa Arwen y posteriormente curado por Elrond. La intervención de Arwen en la huida de los Nazgul y su valiente enfrentamiento con ellos demostraron que incluso los Espectros del Anillo tenían sus debilidades.
La muerte del Rey Brujo de Angmar y su profecía
Los Nazgul también desempeñaron un papel crucial en la épica batalla de los Campos del Pelennor, el enfrentamiento clave en la guerra contra Sauron. Montando sus terroríficas bestias aladas, los Nazgul se alzaron en el cielo oscurecido y descendieron sobre los defensores de la ciudad de Minas Tirith, sembrando el pánico y la desesperación. Sus imponentes figuras envueltas en túnicas negras y sus chillidos agudos llenaron el aire, generando un aura de muerte y destrucción.
Además de aterrorizar a los defensores de Minas Tirith, los Nazgul también se enfrentaron a la caballería de Rohan cuando acudió en auxilio de Gondor. Las bestias aladas y sus jinetes oscuros se abalanzaron sobre los valientes jinetes de Rohan, desequilibrando y destrozando sus formaciones. El poder del Rey Brujo se hizo evidente cuando, en medio del caos de la batalla, logró matar al rey Théoden, líder de Rohan.
En aquel momento crítico de la batalla, surgió la figura de Éowyn, sobrina del rey Théoden, cuya valentía y determinación eran inquebrantables. Desafiando las profecías del Rey Brujo, que afirmaban que ningún hombre podría matarlo, Éowyn se enfrentó valientemente al poderoso Nazgul. Armada con una espada y protegida por su coraje, Éowyn enfrentó la oscuridad y el terror personificados en el Rey Brujo.
Fue en ese momento y con una determinación feroz cuando Merry, un hobbit, apuñaló al Rey Brujo por la espalda, aprovechando la distracción del combate con Éowyn. Este acto heroico, combinado con el golpe final de Éowyn, una mujer, puso fin a la amenaza del Rey Brujo. En este giro inesperado y poético, la profecía del Rey Brujo se cumplió de manera sorprendente y este encontró la muerte.
El fin de los Nazgul
El destino final del resto de los Nazgul llegó junto con la destrucción del Anillo Único. Cuando Frodo logró arrojar el Anillo al fuego del Monte del Destino, Sauron y su dominio sobre los Nazgul quedaron anulados. Los ocho Espectros del Anillo restantes desaparecieron para siempre, liberándose de su servidumbre y dejando atrás un legado de maldad y oscuridad que finalmente fue derrotado.