Arwen Undómiel: La Estrella de la Tarde
Arwen
En el vasto tapiz de historias que componen El Señor de los Anillos, pocas figuras brillan con tanta belleza y melancolía como Arwen. Conocida como Arwen Undómiel, la “Estrella del Atardecer”, su historia es la de una elfa que eligió el amor por encima de la eternidad, y cuya vida está profundamente entrelazada con el destino del Reino de los Hombres.
El legado y linaje de Arwen
Arwen nació en el año 241 de la Tercera Edad, hija de Elrond, el señor de Rivendel, y Celebrían, hija de Galadriel. Esto hizo de Arwen un nexo vivo entre las tres grandes Casas élficas: los Noldor, los Sindar y los Teleri. Su linaje también incluía a Lúthien Tinúviel, la legendaria elfa que renunció a su inmortalidad por amor a un hombre, Beren. Ese eco ancestral marcó profundamente el destino de Arwen.
Desde joven, Arwen fue reconocida como una de las más bellas de los elfos. Su nombre, Arwen, significaba “doncella noble” en sindarin, mientras que su título, Undómiel, hacía referencia a su incomparable belleza al caer el día, como la estrella vespertina que brillaba con luz propia en la penumbra del mundo. En ella, la esperanza y la nostalgia encontraron un rostro.

Entre dos mundos
Aunque vivía en Rivendel, Arwen pasó parte de su juventud en Lothlórien junto a su abuela Galadriel, cultivando una conexión profunda con los bosques y la sabiduría élfica. Esta doble estancia entre los refugios élficos de Occidente marcó su carácter sereno, sabio y contenido. Pero su existencia se volvió más compleja tras su encuentro con un joven humano que cambiaría su vida: Aragorn.
Como se conocieron Arwen y Aragorn
Arwen y Aragorn se encontraron por primera vez en los bosques de Rivendel cuando él tenía solo 20 años y ella más de 2000. Para él, verla fue como contemplar a Lúthien renacida. Aunque el amor entre ellos no floreció de inmediato, el destino ya los había unido. Años después, en los campos dorados de Lothlórien, Arwen y Aragorn se juraron amor eterno. Allí, bajo los mallorn en flor, ella decidió que renunciaría a su inmortalidad por él.

Arwen, Reina de los Reinos Reunidos
Tras la derrota de Sauron y la coronación de Aragorn como Elessar, rey de Gondor y Arnor, Arwen se convirtió en su esposa y reina. Su presencia en la corte de Minas Tirith trajo la luz y la nobleza de los elfos a la capital de los hombres, e inauguró junto a Aragorn una nueva era de paz y esplendor.
Arwen y Aragorn tuvieron varios hijos, el más conocido fue Eldarion, quien heredó el trono de su padre y simbolizó la unión definitiva entre el linaje de los Hombres y los Elfos. A través de él, el legado de Arwen continuó brillando en las generaciones futuras, aún después de que la sombra de los elfos se desvaneciera de la Tierra Media.

La muerte de Arwen
Con la muerte de Aragorn en el año 120 de la Cuarta Edad, Arwen, ya mortal y envejecida, se retiró sola a Lothlórien, que para entonces estaba vacío y silencioso. Allí, en la tierra donde floreció su amor, se acostó en la colina de Cerin Amroth, donde antaño hizo su juramento, y entregó su vida al recuerdo.
Su muerte marcó el fin de una era: con ella desapareció la última gran figura élfica que quedaba en la Tierra Media. Su historia, como la de Lúthien, se convirtió en leyenda, recordada por hombres y elfos como símbolo de amor, renuncia y esperanza.
